23 de mayo de 2022

El balcón canario como elemento bioclimático

El balcón de madera, a pesar de que se ha convertido en el elemento más reconocido de la arquitectura tradicional canaria, es un gran desconocido en cuanto a su importancia como mecanismo regulador de la temperatura y la humedad en la vivienda vernácula.
A continuación se presentan los distintos tipos de balcones y galerías que se han dado en la arquitectura tradicional del archipiélago, analizándolos desde un punto de vista constructivo y tipológico, para posteriormente analizar sus estrategias como dispositivo bioclimático dentro de la vivienda tradicional canaria según sus distintas características respecto de su configuración y orientación, lo que nos va a permitir valorarlo no sólo desde un punto de vista estético, sino funcional y, al mismo tiempo, darnos cuenta de la importancia que estos elementos constructivos tienen dentro del conjunto del comportamiento higrotérmico de la arquitectura tradicional canaria.

El balcón de madera se ha convertido en el elemento más característico de la arquitectura tradicional canaria -tanto urbana como rural- siendo muy apreciado por su valor ornamental pero, sin embargo, se desconocen sus características funcionales dentro del comportamiento bioclimático de esta arquitectura.

Su presencia en las fachadas y en las galerías o balconadas, alrededor de un patio, son un elemento común en la arquitectura domestica de dos o tres plantas permitiendo la protección frente a los agentes meteorológicos, prolongar la vivienda hacia el exterior, observar las tierras de cultivo, disfrutar del paisaje y del buen clima, el secado de productos de la cosecha o, simplemente, como elemento de distinción y representación social.

Por otro lado, las galerías se presentan como cuerpos adosados a la edificación -generalmente en planta primera- que cumplen la doble función de generar un espacio intermedio protegido de vientos y regular estacionalmente el soleamiento de muros y huecos.

El balcón canario de madera

Este elemento arquitectónico -que suele situarse en la fachada principal, sobre la puerta de la casa u ocupando toda la fachada- posee muchos tipos, formas y tamaños, lo que nos da una idea de su riqueza.

Generalmente se clasifican atendiendo a su cubrición en dos grandes tipologías: abiertos o descubiertos y con tejado o cubiertos. Éstos, a su vez, se pueden subdividir, según los elementos de su antepecho, en: de balaustres -los más habituales-, de celosías, de cuarterones, etc. o cerrados total o parcialmente con madera y cerrados hasta el tejado con cristales, en el caso de los cubiertos.

Definición constructiva

Los balcones cubiertos se sustentan sobre vigas -canes- empotradas en la pared o como continuación de las vigas de las estancias, pudiendo ser éstas simples o dobles. Sobre ellas encontramos el suelo de madera formado por tableros. El espacio se cierra con un antepecho completamente cerrado o cerrado por debajo y abierto con balaustres, celosía o listones hasta la baranda. Los pies derechos soportan la cubierta de estructura de madera y recubierta con tejas.

Una variante más reciente son los balcones cubiertos de cristales, completamente cerrados, con la posibilidad de su apertura por medio de ventanas de guillotina. Este tipo ha derivado en los invernaderos adosados con la mayor disponibilidad del vidrio en el siglo XIX.

En el caso de los balcones descubiertos, su estructura es más sencilla, contando con una longitud de vuelo sobre la calle menor. Constan de un antepecho cerrado en la parte inferior y con balaustres, celosías o listones cruzados en la superior, rematado por una baranda. Se sustenta por medio de canes y tablazón. Los suelos son de madera formados por anchas tablas sobre las vigas.

La balconada se constituye a través de un entramado horizontal formado por canes o vigas dispuestas perpendicularmente al muro que descansan sobre el durmiente, que apoya a su vez sobre una estructura vertical compuesta de pies derechos de madera con su basa de piedra en la parte inferior y su zapata de madera en la superior. También podemos encontrar jabalcones -listones apoyados en los muros- reforzando los canes y sustituyendo, en algunos casos, a los pies derechos. La galería se remata con un antepecho entablonado o con balaustres de madera. En la parte superior, la cubierta se resuelve como prolongación de la techumbre o mediante un tejadillo formado por viguetas de madera de pequeño tamaño empotradas en el muro con una cierta inclinación. Sobre las viguetas o pares se sitúa un tablero de madera que sirve de base para la colocación de las tejas. 

Estrategias bioclimáticas

El balcón actúa como un elemento moderador del clima, creador de sombra y renovador del aire.

Un balcón situado en la cara sur protege esta fachada del calentamiento directo de los muros y, al mismo tiempo, al recibir su tejado la radiación directa del sol, se calienta con más rapidez y favorece el movimiento del aire hacia arriba, con un funcionamiento similar al de una chimenea solar, succionando un aire más fresco proveniente del patio o de la fachada opuesta -norte- e introduciéndolo en las estancias intermedias, renovando así el aire con uno de menor temperatura y además generando una sensación térmica de frescor a partir del aire en movimiento.

Un balcón orientado al norte o al este protege a estas fachadas de los vientos húmedos y de la lluvia impidiendo, o limitando, los problemas de humedades en las mismas.

En otras ocasiones, el balcón se cierra completamente con celosías que permiten filtrar la radiación solar -especialmente eficaz en orientaciones este u oeste, donde otros mecanismos son deficientes- a la vez que recibe una luz suficiente y asegura la vista al exterior (sin ser vistos), frenando la velocidad del aire, garantizando la ventilación y refrescando el interior de la vivienda.

Pero hay otros casos en los que las celosías sólo se colocan en el lateral por el que viene el viento o en parte del frente sin llegar a cubrir toda la superficie sobre la balaustrada y sin terminar de cerrar el cajón. En este caso, la celosía produce una suave sombra y amansa el viento, pero sin limitar las vistas.

Cuando los balcones o corredores se cierran mediante cristales, su funcionamiento bioclimático se modifica totalmente pasando a convertirse en galerías acristaladas de captación solar basados en el efecto invernadero. La galería crea un espacio invernadero que capta la radiación y acumula el calor en el muro de la fachada que se transmite a la zona a calefactar.

Conclusiones

El balcón de manera canario es un elemento bioclimático versátil que es capaz de dar una adecuada respuesta tanto a las fachadas soleadas de las zonas costeras más cálida -generando sombra y favoreciendo la ventilación- hasta las orientaciones norte de las frías y húmedas medianías -funcionando como captadores solares- pasando por el correcto control solar y de viento de -las siempre difíciles- orientaciones este y oeste.

El empleo de sistemas de control pasivo en el edificio conlleva a la obtención de las condiciones de confort, o al menos acercarnos a ellas con lo que el empleo y tiempo de funcionamiento de las medidas activas se reduce enormemente y con ello los consumos energéticos. Estas técnicas perdidas pueden ser recuperadas y reinterpretadas para una arquitectura contemporánea de consumo energético casi nulo.

Un elemento arquitectónico con tan importante labor funcional ha de ser estudiado y conocido de una forma más amplia para poder transmitir sus capacidades a la arquitectura contemporánea. Para ello es fundamental la conservación y correcta restauración de los cada vez menos ejemplos con los que contamos en nuestra extinta arquitectura vernácula.

Traducción y extracto del artículo: Martín del Toro, E. (2021). THE CANARIAN BALCONY AS A BIOCLIMATIC ELEMENT. Academia Letters, Article 2387. https://doi.org/10.20935/AL2387.

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