Tanto en casa como en áreas de trabajo, los tubos fluorescentes siguen estando omnipresentes. Durante décadas fueron sinónimo de ahorro energético, larga vida media útil y precio económico. Sin embargo, los años dorados de esta tecnología es ya historia y hoy en día representan un sistema de iluminación obsoleto.
Por el contrario, la tecnología LED sigue sorprendiendo bajo nuevas formas y fuentes de iluminación. Ofreciendo mejoradas ventajas y beneficios al consumidor medio, los tubos LED han llegado para quedarse.
Cuando pensamos en reducir consumos energéticos en nuestro hogar, y con ello sus costes asociados, generalmente se pone el esfuerzo en el empleo de electrodomésticos de alta clase energética, lamparas de bajo consumo o sistemas de climatización eficientes. En el mejor de los casos, incluso en la mejora de la envolvente energética (aislamiento en fachadas, suelos y techos o sustitución y/o mejora de las carpinterías y elementos de sombreamiento) pero es difícil que se busque la disminución de gasto energético mediante el ahorro del agua, a pesar de que su influencia es muy importante.
Posiblemente, los dos bienes más caros e importantes de nuestra vida son la casa y el coche. Constituyen aquellos espacios de nuestra propiedad donde pasamos la mayor parte del tiempo y, por tanto, su calidad va a suponer un peso significativo en nuestro confort de vida. A pesar de que forman "nuestra tercera piel" existen grandes diferencias entre ellos, como su precio o las prestaciones que nos reportan y, en algunos casos, de forma contraria a la lógica. Para descubrir este fenómeno vamos a realizar un análisis comparativo entre ambos.