El aislamiento térmico es una medida recomendable en los edificios situados en zonas de clima cálido.
Sin embargo, en el caso de los edificios sin equipos de refrigeración, es importante tener en cuenta que el exceso de aislamiento térmico puede provocar problemas de sobrecalentamiento.
Torre Bolueta de Bilbao, el edificio residencial Passivhaus más alto del mundo, sufre problemas de sobrecalentamieto. Fuente: Wikipedia
El aislamiento térmico ayuda a reducir la transferencia de calor del exterior al interior del edificio. Sin embargo, si el aislamiento térmico es demasiado elevado en edificios sin equipos de climatización, situados en zonas cálidas, se pueden plantear problemas de sobrecalentamiento. Aunque el aislamiento puede ser beneficioso para reducir la ganancia de calor desde el exterior y mejorar la eficiencia energética, también puede atrapar el calor en el interior si no se toman ciertas precauciones.
Los problemas de sobrecalentamiento por exceso de aislamiento térmico pueden manifestarse de las siguientes maneras:
- Sobrecalentamiento estacional: Durante las estaciones más cálidas, el exceso de aislamiento puede hacer que el interior del edificio se sobrecaliente. Esto se debe a que el exceso de aislamiento térmico puede dificultar la expulsión del calor que se produce dentro del propio edificio y que no es capaz de disiparse y, por tanto, se concentra en dentro de la edificación.
- Las cargas internas: Los electrodomésticos, la cocina, las calderas, los depósitos de agua caliente, las luces, e incluso las personas, tienen el potencial para irradiar calor, que puede contribuir de manera significativa al aumento de la temperatura interna de la vivienda.
- Las ganancias solares: Las ventanas de doble o triple acristalamiento con recubrimiento bajo emisivo evitan las pérdidas de calor lo que, combinado con la falta de protección solar, provocará mayores niveles de ganancia solar en la parte más caliente del día y podrán contribuir al sobrecalentamiento.
- Falta de ventilación adecuada: El aislamiento hermético y la falta de ventilación adecuada pueden dar lugar a una acumulación de calor en el interior del edificio. La falta de corriente de aire fresco puede empeorar el problema de sobrecalentamiento y generar sensación de agobio y malestar, lo que puede dificultar la concentración y el trabajo.
- Elevados costos de enfriamiento: Si el edificio se sobrecalienta, los ocupantes pueden verse obligados a utilizar sistemas de enfriamiento portátiles, como ventiladores o unidades de aire acondicionado para refrescarse, lo que resulta en mayores costos de energía, económicos y un mayor impacto ambiental.
- Materiales inapropiados: El tipo de aislamiento utilizado puede ser crucial. Algunos materiales de aislamiento pueden acumular calor si no se eligen con cuidado. Por ejemplo, algunos materiales de aislamiento, como el poliuretano, pueden tener una alta capacidad de acumulación de calor.
Para evitar estos problemas, es importante tomar las siguientes medidas:
- El clima local: La cantidad de aislamiento térmico necesario variará en función del clima local. En climas muy cálidos, es importante utilizar un aislamiento térmico adecuado, pero no excesivo.
- Diseño pasivo adecuado: Utilizar estrategias de diseño pasivo que aprovechen las características naturales del clima para mantener la temperatura interior en niveles confortables. Esto puede incluir la orientación del edificio, el color de la fachada, la ventilación cruzada y el uso de sombreado adecuado.
- Materiales y técnicas adecuadas: Es importante seleccionar los materiales y las técnicas de aislamiento adecuados para la ubicación y el clima. Por ejemplo, el uso de materiales reflectantes en el techo puede ayudar a reducir la absorción de calor. También, en climas con contraste de temperaturas entre el día y la noche en verano es recomendable optar por una construcción masiva mejor que ligera, para sacar el máximo partido a la inercia térmica, por medio de la ventilación nocturna.
- Ventilación controlada: En edificios sin aire acondicionado en climas cálidos, la ventilación natural desempeña un papel importante en el confort térmico. Diseñar sistemas de ventilación que permitan la entrada de aire fresco durante las noches más frescas y la expulsión del aire caliente durante el día para evitar el sobrecalentamiento.
- Control de la radiación solar: Utilizar elementos de sombreado, como toldos, persianas o vegetación, para bloquear la radiación solar directa en ventanas y paredes.
- Instalar paneles solares: Los paneles, tanto térmicos como fotovoltaicos, favorecen la reducción del calor por sombreamiento de la cubierta y, al mismo tiempo, producen energías renovables.
- Evaluación del equilibrio térmico: Realizar un estudio detallado del balance térmico del edificio para asegurarse de que el aislamiento no cause problemas de sobrecalentamiento.
- Costo-beneficio: Evaluar el costo-beneficio del aislamiento térmico en un edificio sin aire acondicionado es fundamental. Si los veranos son cortos o no son extremadamente calurosos, y si la inversión en aislamiento es alta, podría no ser económicamente justificable.
La idoneidad del uso del aislamiento térmico en edificios sin equipos de climatización en zonas de clima cálido depende de varios factores y debe evaluarse caso por caso para evitar problemas de sobrecalentamiento. Un enfoque equilibrado que combine aislamiento adecuado con estrategias de diseño pasivo y ventilación controlada puede ser la clave para mantener el confort térmico en estas condiciones, pero es importante considerar cuidadosamente los costos y beneficios antes de tomar una decisión.
Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS.
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