25 de septiembre de 2023

La gestión sostenible del patrimonio inmueble

El pasado 14 de septiembre fue publicado, por el Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, "El libro verde para la gestión sostenible del patrimonio cultural", un documento que propone distintos criterios de sostenibilidad que se pueden tener en cuenta a la hora de trabajar en la conservación, restauración o difusión del patrimonio cultural.

Aunque el documento no trata de forma específica sobre la gestión sostenible de los bienes inmuebles o edificios del patrimonio cultural, sí que expone una serie de principios y recomendaciones para promover la gestión sostenible de éstos.

En este artículo extraemos los aspectos en los que el libro hace referencia a las buenas prácticas de gestión sostenible de los edificios del patrimonio cultural.


El patrimonio cultural es un tema fascinante y complejo que abarca una amplia variedad de elementos tangibles e intangibles que conforman nuestra identidad cultural. La gestión sostenible del patrimonio cultural debe ser abordada de manera integral y eficaz para enfrentar los principales problemas a los que se enfrenta, como el cambio climático, la evolución urbanística y social de las comunidades, y la necesidad de adaptar los edificios patrimoniales a nuevos usos.

En el caso de los bienes inmuebles del patrimonio cultural, la gestión sostenible debe tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Conservación y mantenimiento: El objetivo principal de la gestión sostenible de los edificios del patrimonio cultural es garantizar su conservación a largo plazo. Para ello, es necesario adoptar medidas que protejan los bienes inmuebles de los factores de deterioro, como la contaminación, los fenómenos meteorológicos extremos o los daños causados por el hombre. En este sentido, la conservación y el mantenimiento de los edificios patrimoniales son aspectos clave para garantizar la preservación de nuestro legado cultural para las generaciones futuras.
  • Rehabilitación: En algunos casos, los inmuebles del patrimonio cultural pueden necesitar ser rehabilitados para garantizar su uso y disfrute por parte de la sociedad. La rehabilitación debe realizarse de forma respetuosa con el patrimonio, evitando alterar los elementos originales del edificio.
  • Adaptación: Los edificios del patrimonio cultural deben adaptarse a las necesidades actuales de la sociedad. Esto puede implicar, por ejemplo, la instalación de sistemas de accesibilidad o de eficiencia energética.
  • Gestión integral: La gestión sostenible y eficiente de los bienes inmuebles o edificios del patrimonio cultural debe ser integral, es decir, debe tener en cuenta todos los aspectos relacionados con el edificio, desde su conservación hasta su uso y disfrute.

La conservación y el mantenimiento de los edificios patrimoniales deben ser abordados de manera sistemática y planificada, y deben ser realizados por profesionales capacitados y con experiencia en la materia. Se destaca la importancia de documentar de manera completa y detallada todas las intervenciones realizadas en los edificios, lo que permite hacer un seguimiento constante para registrar de forma sistemática su estado de conservación, programar tareas de mantenimiento y descubrir posibles problemas en su fase más temprana.

Además, la gestión sostenible del patrimonio cultural debe promover la adecuada y eficiente gestión de los recursos naturales, especialmente a través de medidas de eficiencia energética, hídrica y la gestión integral de residuos, que garantizan un mejor manejo y control de la huella ecológica del patrimonio.

Accesibilidad universal

Se hace necesario mejorar la accesibilidad de los edificios para garantizar el acceso y disfrute de los recursos patrimoniales a toda la población. Para preservar la integridad del patrimonio deben explorarse posibles vías que permitan gestionar la incorporación de criterios de accesibilidad.

La accesibilidad física es uno de los aspectos más importantes a considerar al hablar de la mejora de la accesibilidad de los edificios patrimoniales. La accesibilidad física trata sobre la posibilidad de que todas las personas puedan acceder y utilizar un espacio físico en las mismas condiciones de igualdad, seguridad, autonomía y comodidad. Este aspecto no se centra únicamente en la sustitución de escaleras por rampas o ascensores, sino también en la habilitación de recorridos que contemplen aspectos como la anchura adecuada de los pasillos, la altura adaptada de los mostradores de atención al público, la necesidad de habilitar áreas de descanso, la iluminación, entre otros.

Existe abundante normativa de accesibilidad en las comunidades autónomas e incluso a nivel municipal. No existe una fórmula universal para responder a este reto, ya que cada construcción presenta sus propias características y circunstancias, por lo que se debe actuar con sentido común. En general, se incorporarán las modificaciones y adaptaciones necesarias que no supongan una carga indebida, que se adapten al bien y a su entorno y que garanticen la movilidad. Al acometer cualquier tipo de actuación que mejore la accesibilidad de un bien, esta debe ser compatible con su preservación, encontrando un equilibrio entre dar el mayor acceso posible con las condiciones y garantías adecuadas, y la conservación íntegra de sus valores. La planificación y los estudios previos son fundamentales para lograr este equilibrio.

Eficiencia energética

Hay que mejorar la eficiencia energética de los edificios patrimoniales como una forma de reducir su impacto ambiental y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

Mediante el estudio y análisis de los usos energéticos de un edificio se puede identificar posteriormente los modos de ahorro, tanto económicos como energéticos. Se ha de evaluar políticas para incorporar sistemas de calefacción y refrigeración con bajo consumo energético, priorizar la eficiencia energética, mejorar el rendimiento energético en los inmuebles pertenecientes al patrimonio cultural o que albergan bienes patrimoniales, desarrollar un sector energético basado en fuentes ecológicas y renovables para evitar así el consumo de fuentes fósiles, y promover tecnologías innovadoras e infraestructuras modernas.

Además de la instalación de energías limpias se pretende unir sostenibilidad, historia, patrimonio cultural y eficiencia. En la mayoría de los casos, sin embargo, el equipo necesario para utilizar estos recursos solo se puede instalar de manera parcial al entrar en conflicto con la conservación o impacto estético del exterior, puesto que se trata de una instalación necesaria para su uso, pero invasiva con el monumento o el paisaje cultural.

El documento también menciona herramientas de análisis del ciclo de vida multidimensional y hace referencia a la Guía para la mejora de la eficiencia energética de los edificios históricos, de 2018 de la UNE, que proporciona una serie de recomendaciones y buenas prácticas para mejorar la eficiencia energética de los edificios patrimoniales.

Reciclaje de elementos construidos

Se pone en valor la importancia del reciclaje de elementos construidos como una forma de reducir el impacto ambiental y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los edificios patrimoniales.

El reciclaje de elementos construidos puede ser una alternativa sostenible y rentable para la conservación y restauración de edificios patrimoniales. Se destaca la importancia de adoptar medidas de compromiso medioambiental y de consumo responsable, que respeten la autenticidad y la integridad de los edificios, tales como el empleo de materiales reciclados o reciclables, el uso de técnicas y materiales locales y tradicionales, la preeminencia del acondicionamiento pasivo frente al activo o la gestión adecuada de los residuos generados durante las obras.

También puede ser una forma de preservar la memoria histórica y cultural de un edificio, ya que permite conservar elementos originales que de otra manera podrían perderse durante el proceso de restauración. Por ejemplo, se pueden reutilizar elementos como puertas, ventanas, molduras, entre otros, en lugar de reemplazarlos por elementos nuevos.

Adaptación de los edificios patrimoniales a nuevos usos

En cuanto a la adaptación de edificios patrimoniales a nuevos usos, se trata de una forma de garantizar su sostenibilidad a largo plazo y su relevancia para la sociedad actual.

Se ha de priorizar la accesibilidad universal, la mejora en la eficiencia energética y el reciclaje de elementos construidos. La adaptación de edificios patrimoniales a nuevos usos puede ser una oportunidad para revitalizar áreas urbanas y rurales, y para fomentar la sostenibilidad y la economía circular.

Si un bien patrimonial ha dejado de tener la función que tuvo en origen, muchas veces la mejor manera de conservarlo es asignarle un nuevo uso compatible con sus valores patrimoniales. En algunos casos, estos cambios se realizan de forma orgánica y gradual, como puede ocurrir en tradiciones de carácter intangible, mientras que en otros se requiere de actuaciones puntuales, de mayor o menor envergadura, para poder adaptarlo a una nueva función pública.

Además, la adaptación de edificios patrimoniales a nuevos usos puede ser una forma de revitalizar zonas urbanas y rurales, y de fomentar el turismo cultural y la economía local. Se destaca la importancia de evaluar cuidadosamente los posibles usos de un edificio patrimonial, teniendo en cuenta su valor histórico, cultural y arquitectónico, así como las necesidades y demandas de la sociedad actual.

Ejemplos de éxito

Se toma como ejemplo la importancia de la conservación y el mantenimiento de la Alhambra en Granada, España, que es uno de los monumentos más visitados del mundo y un ejemplo de la arquitectura y el arte islámico. La Alhambra ha sido objeto de una serie de intervenciones de conservación y restauración a lo largo de los años, que han permitido preservar su belleza y su valor histórico y cultural.

Otro ejemplo mencionado en el documento es el de la ciudad de Venecia, Italia, que ha sido objeto de una serie de intervenciones de conservación y restauración para preservar su patrimonio arquitectónico y artístico. Venecia es un ejemplo de cómo la gestión sostenible del patrimonio cultural puede contribuir a la revitalización de áreas urbanas y a la promoción del turismo cultural.

Conclusiones

En resumen, la gestión sostenible del patrimonio cultural es un tema complejo y multifacético que requiere de una planificación cuidadosa y una gestión eficiente. La conservación y el mantenimiento de los edificios patrimoniales, la adaptación a nuevos usos y la promoción de la sostenibilidad son algunos de los aspectos clave que se deben tener en cuenta para garantizar la preservación de nuestro legado cultural para las generaciones futuras.

La gestión sostenible del patrimonio cultural debe ser abordada de manera integral y eficaz, teniendo en cuenta las características y circunstancias de cada construcción, para enfrentar los principales problemas a los que se enfrenta como: el cambio climático, la evolución urbanística y social de las comunidades, y la necesidad de adaptar los edificios patrimoniales a nuevos usos. Debe ser realizada por profesionales capacitados y con experiencia en la materia, y encontrando un equilibrio entre la preservación de los valores patrimoniales y la mejora de la eficiencia energética, la reducción del impacto ambiental, la adaptación a las necesidades y demandas de la sociedad actual.

En este sentido, la participación colectiva y la pertenencia a toda la sociedad son características peculiares del patrimonio cultural, y las normas legislativas tratan de integrar y conciliar la ambivalencia público-privada.

Fuente: El libro verde para la gestión sostenible del patrimonio cultural

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