13 de abril de 2015

Mejora en la Accesibilidad: Salvar desniveles

Si bien hemos visto en entradas anteriores la importancia que tiene el estudio de la Accesibilidad en el Informe de Evaluación de los Edificios y por consiguiente el la Rehabilitación Sostenible, ahora es el momento de analizar cuales son las posibilidades de actuación que presentan los edificios existentes y ver algunos ejemplos ya materializados.

Colocación de ascensor por el exterior tomando espacio público

De entre todas las condiciones de accesibilidad a las que hay que adaptar los edificios, la primera que vamos a estudiar -por su relevancia de cara a las mejoras que supone para las personas con movilidad reducida y por ser intervenciones de gran envergadura- va a ser la de salvar los desniveles. Para ello las dos actuaciones principales son la incorporación de un rampa o la instalación de un ascensor.

La rampa -cuyas principales ventajas son que no se estropea, sirve para todos los usuarios y no necesita energía para funcionar- se emplea principalmente para salvar pequeños desniveles (acceso a edificios o en portales), dado que el gran desarrollo que necesita en planta con respecto a la altura salvada la hace inviable para ser el elemento de comunicación vertical entre las plantas.

Propuestas de introducción de rampa en portal. Fuente: RT arquitectura 
En cuanto a la instalación de un ascensor, sus principales problemas son que requieren modificaciones dimensionales, espaciales o estructurales que dificultan la viabilidad de las mismas, además de que conllevan costes muy elevados. Sin embargo son los únicos elementos que garantizan la movilidad accesible entre plantas, sobre todo para los usuarios de sillas de rueda.

Dadas estas dificultades, la Administración ha flexibilizado su incorporación a través de una serie de medidas:
  • Será posible ocupar las superficies de espacios libres o de dominio público que resulten indispensables para la instalación de ascensores u otros elementos, así como las superficies comunes de uso privativo, tales como vestíbulos, descansillos, sobrecubiertas, voladizos y soportales, tanto si se ubican en el suelo, como en el subsuelo o en el vuelo, cuando no resulte viable, técnica o económicamente, ninguna otra solución para garantizar la accesibilidad universal (justificado con un Memoria de viabilidad económica) y siempre que asegure la funcionalidad de los espacios libres, dotaciones públicas y demás elementos del dominio público. A tales efectos, los instrumentos de ordenación urbanística garantizarán la aplicación de dicha regla, bien permitiendo que aquellas superficies no computen a efectos del volumen edificable, ni de distancias mínimas a linderos, otras edificaciones o a la vía pública o alineaciones, bien aplicando cualquier otra técnica que, de conformidad con la legislación aplicable, consiga la misma finalidad.
  • En edificios existentes, cuando se trate de instalar un ascensor que permita mejorar las condiciones de accesibilidad para personas con discapacidad, se puede admitir una anchura útil mínima de tramo menor siempre que se acredite la no viabilidad técnica y económica de otras alternativas que no supongan dicha reducción de anchura y se aporten las medidas complementarias de mejora de la seguridad que en cada caso se estimen necesarias.
Ascensores que se instalan modificando parte de las escaleras existentes. Fuente: adaptohabitat


  • Principio de proporcionalidad: no se pretende que cualquier intervención en la que se mantenga el uso suponga la total adecuación del edificio al DB (lo que en muchos casos sería imposible) sino que haya proporcionalidad entre el alcance constructivo de la intervención y el grado de mejora de las condiciones de seguridad de utilización y accesibilidad que se lleve a cabo.

Con ello llegamos a tres niveles de mejora:
  1. Nivel que alcanza al menos las condiciones establecidas a nivel reglamentario.
  2. Nivel que aunque no alcanza las medidas a nivel reglamentario, permite que algunos usuarios de sillas de ruedas puedan moverse por los espacios con mayor o menor dificultad.
  3. Nivel que no permite el uso del ascenso por usuarios de sillas de rueda, facilitan la accesibilidad a otros usuarios como personas mayores, con muletas,...
Por último existen otras soluciones de cara a superar pequeños desniveles:
  • En los accesos a los edificios o establecimientos, así como en los accesos a terrazas en viviendas accesibles para usuarios de silla de ruedas, se puede admitir desniveles que no excedan de 5 cm salvados con una pendiente que no exceda de 25%, debido a que esta solución puede limitar la entrada de agua de lluvia en la edificación y, por tanto, limitar posibles resbalones y caídas.
  • En edificios existentes, cuando no sea posible la disposición de ascensor o de rampa y se justifique adecuadamente su no viabilidad, se puede considerar como opción alternativa la disposición de una plataforma elevadora vertical para permitir la movilidad a personas con movilidad reducida y a usuarios de silla de ruedas, aunque no tenga el nivel de prestaciones equivalente al del ascensor.
  • En circunstancias excepcionales en edificios existentes, cuando se justifique adecuadamente la no viabilidad de disponer un ascensor o una plataforma elevadora vertical, puede considerarse como opción alternativa la disposición de una plataforma salvaescaleras, siempre que no entre en conflicto con las condiciones exigibles de evacuación y uso de la escalera.
El uso de plataformas elevadoras verticales y salvaescaleras es apropiado para salvar pequeños desniveles no mayores a una planta y donde no exista un tráfico intenso de personas, debido a sus menores prestaciones en cuanto a velocidad, fiabilidad y riesgo de uso.

A diferencia de las plataformas salvaescaleras, las sillas salvaescaleras no permiten al usuario de silla de ruedas su uso autónomo mientras permanece sentado en su silla, por lo que es únicamente aplicable en uso doméstico.

Como vemos contamos con muchas herramientas que nos dan la posibilidad de trabajar con distintas soluciones, las cuales deben ser elegidas cuidadosamente por el proyectista para así contar con la solución más adecuada en cada momento optando por la solución más accesible a un menor precio.

En próximas entradas iremos indicando otras medidas de mejora de la accesibilidad para resolver otros posibles problemas como la detección de obstáculos y elementos de riesgos, de maniobra, de control, etc.


Autor: 
Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS

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