Estamos cansados de escuchar que la Arquitectura Sostenible es cara, y de que algunas personas no quieran ni oír hablar de ella porque entienden que construir de forma Sostenible va a suponer un beneficio al medio-ambiente (no a ellos directamente) a costa de su bolsillo.
Fuente: Pikist |
Existe la creencia popular de que la Arquitectura Sostenible es mucho más cara, debido al error de confundirla con la arquitectura tecnoecológica: aquella que emplea los últimos adelantos tecnológicos para reducir los consumos de energía y agua, o incluso auto-abastecerse, a costa de altísimos precios de construcción y normalmente de mantenimiento.
La Arquitectura Sostenible se fundamenta en el ahorro: de recursos, de energía, de residuos, de emisiones, de mantenimiento, y -por ende- de costes de construcción del edificio.
La arquitectura Sustentable esta diseñada para las personas, y por tanto debe, en primer lugar, procurar la buena calidad de vida de los ocupantes de los edificios consiguiendo el acondicionamiento acústico que agrade al sentido del oído; unos niveles de iluminación, armonía cromática, proporción de formas,... que deleite al sentido de la vista; la correcta calidad del aire, sin presencia de contaminación o productos tóxicos volátiles, malos olores,... que interfieran con el sentido del olfato; unas condiciones de temperatura, humedad, ventilación,... sin que por ello nos olvidemos que formamos parte de un todo general, por lo que también se preocupa de minimizar la demanda energética y la producción de residuos, maximizar el aprovechamiento del agua, y un largo etc. todo esto dentro de un concepto global de urbanismo sostenible donde se reduzca el consumo de suelo, se favorezca las comunicaciones, la integración social, creando ciudades en contacto con la naturaleza.
Por tanto, una Arquitectura Sustentable debe ser una arquitectura económica, sin dispositivos que la encarezcan o mecanismos que corrijan errores que están presentes desde la concepción del edificio.
Tanto es así, que -a la larga- estos edificios no sólo no son más caros, sino que generan importantes ahorros a sus propietarios, principalmente en dos líneas: reducción en los costes de mantenimiento y una importante reducción en las facturas energéticas.
Por todo esto, podemos decir que apostar por la Arquitectura Sostenible es querer vivir en edificios confortables, sanos, fáciles de mantener y todo ello con costos reducidos.
El único esfuerzo extra que conlleva un edificio Sustentable un mayor trabajo en su diseño, pues tiene en cuenta más aspectos que un proyecto que no ha sido diseñado para no ser Sostenible, con lo que debe ser desarrollado por técnicos mejor preparados y tal vez se necesite algo más de tiempo, algo ínfimo en relación a todas las ventajas que hemos visto que nos aporta.
Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS
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