La pobreza energética es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. En los meses de verano, la necesidad de refrigeración puede aumentar significativamente los costos de energía para los hogares, especialmente para aquellos que viven en áreas con altas temperaturas y humedad.
En este contexto, el proyecto COOLTORISE ha desarrollado un informe que ofrece recomendaciones para los responsables políticos sobre cómo reducir la pobreza energética en verano.
La difícil situación de la pobreza energética estival, a menudo ignorada, afecta de forma desproporcionada a los más vulnerables. El cambio climático agrava aún más esta crisis, afectando no sólo al sudeste de Europa y al Mediterráneo, sino también a las regiones europeas más templadas. Es imperativo tomar medidas urgentes. Este informe político elaborado por un consorcio de expertos pertenecientes al proyecto europeo "COOLTORISE: Raising summer energy poverty awareness to reduce cooling needs" esboza estrategias innovadoras para afrontar y superar los retos que plantea la pobreza energética estival.
El informe tiene como objetivo aumentar la conciencia sobre la pobreza energética en verano y reducir la necesidad de refrigeración en los hogares.
Comienza destacando la importancia de medir la pobreza energética en verano. Aunque existe una amplia literatura sobre la pobreza energética en climas fríos, hay una escasez de investigación sobre cómo medir la pobreza energética en verano. Por tanto, no existe una definición común para la pobreza energética estival, lo que supone una oportunidad para desarrollar nuevas definiciones y enfoques que tengan en cuenta las particularidades de este fenómeno. El informe ofrece una revisión de los indicadores existentes y sugiere que se deben diseñar nuevas metodologías e indicadores para medir la pobreza energética en verano y caracterizar este fenómeno. Para ello, es importante comprender la experiencia vivida en los hogares y así poder diseñar medidas más adecuadas para abordar la pobreza energética, teniendo en cuenta las necesidades específicas de las viviendas, en esta época del año.
Una de las principales recomendaciones del informe es la necesidad de mejorar las condiciones de bienestar y comprender las condiciones de microclima urbano en verano. Destaca que la pobreza energética en verano no sólo se trata de la falta de acceso a la energía, sino también de la falta de condiciones de bienestar en los hogares. Para abordar este problema, el informe sugiere que se deben tomar medidas arquitectónicas para reducir la captación de calor en los edificios, como la construcción de edificios con materiales que reduzcan la absorción de calor, la instalación de techos verdes y la creación de espacios verdes en las ciudades, para reducir el efecto de isla de calor urbano. Además, se menciona la importancia de la ventilación natural y la sombra para reducir la necesidad de aire acondicionado.
Es necesario abordar la pobreza energética en verano para proteger la salud de los hogares vulnerables. Para ello, se ha de identificar y abordar a los grupos vulnerables, que son más susceptibles a los efectos negativos de la pobreza energética en verano, como los ancianos, los niños y las personas con enfermedades crónicas.
Otra recomendación importante es la necesidad de diseñar políticas que aborden la pobreza energética estival con un enfoque integrado entre los actores, no solo a través de medidas económicas, sino también a través de medidas sociales y ambientales. Se destaca que la pobreza energética en verano es un problema complejo que requiere la colaboración de diferentes actores, como los responsables políticos, los proveedores de energía, los grupos comunitarios y los hogares, para abordar este problema de manera efectiva.
Las conclusiones que se pueden extraer del documento son las siguientes:
- La pobreza energética en verano es un problema importante que afecta a hogares vulnerables y requiere medidas específicas para abordarlo.
- Existe una falta de definición común para la pobreza energética en verano, lo que dificulta su medición y caracterización.
- Es necesario desarrollar nuevas metodologías e indicadores para medir y caracterizar la pobreza energética estival y comprender mejor sus causas y efectos.
- Las condiciones de bienestar y las condiciones de microclima urbano en verano son factores importantes a considerar al diseñar políticas para abordar la pobreza energética en verano.
- Es importante identificar y abordar a los grupos vulnerables que son más susceptibles a los efectos negativos de la pobreza energética en verano, como los ancianos, los niños y las personas con enfermedades crónicas.
- Se necesitan políticas integrales que aborden la pobreza energética estival de manera integral, no solo a través de medidas económicas, sino también a través de medidas sociales y ambientales.
- Un enfoque integrado entre los actores, incluyendo a los responsables políticos, los proveedores de energía, los grupos comunitarios y los hogares, es esencial para abordar la pobreza energética en verano de manera efectiva.
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