Estamos muy acostumbrados a ver artículos que hablan de la lista de los edificios más sostenibles, cada una de aquellas creadas bajos diferentes criterios. Casi cualquier edificio puede estar en la selección de los edificios más sostenibles si consideramos los aspectos que nos interesan. Entonces nos surge la duda de ¿cuáles son verdaderamente los factores que determinan la sostenibilidad de un inmueble?
La respuesta, a priori, debería estar en las organizaciones como Green Building Council (GBC) o Building Research Establishment (BRE) -entre otras-, encargadas de definir los estándares de edificación sostenible, evaluando y certificando la sostenibilidad de los edificios a través de sus herramientas específicas: LEED, BREEM, VERDE,...
El problema se produce cuando un edificio con máximo nivel de sostenibilidad, obtenido por uno de estos certificados, es poco sostenible según otro de ellos. Y es que cada asociación o herramienta tiene sus propios criterios dando distinta importancia a unos u otros factores sostenibles, e incluso teniéndolos en cuenta o no. Es decir, lo que para el estándar LEED puede ser un aspecto fundamental de sostenibilidad, puede ser poco importante para el BREEM e incluso no tenerse en cuenta en el VERDE.
Si este galimatías no fuera suficiente, muchos autores denominan como sostenibles aquellas construcciones que únicamente se preocupan por la reducción de su consumo energético como las Passivhaus, MINERGIE o Edificios de Consumo Energético Casi Nulo.
Estos edificios que realizan un gran esfuerzo por reducir sus consumos energéticos y por tanto emisiones contaminantes, llegando en algunos casos a producir más energía de la que consumen, necesitan ir más allá para ser considerados como Sostenibles, sumando otros factores como la reducción y reutilización del consumo del agua; empleo de materiales y sistemas no contaminantes, reciclables, reutilizables y con un bajo consumo energético y de agua en su fabricación; localización adecuada para un máximo aprovechamiento del suelo y de los servicios públicos; y un largo etcétera, necesario desde nuestro punto de vista para considerar una edificación como sostenible.
Por tanto, es muy importante darse cuenta que una de las mayores dificultades que tienen hoy en día propietarios, promotores, técnicos y constructores de cara al diseño y construcción de un inmueble sostenible es el que no existan unos parámetros claros y uniformes para considerar qué aspectos determinan la sostenibilidad de un edificio y en que orden de importancia, por lo que se convierte en un concepto difuso difícil de materializar.
Una vez comprobada la imposibilidad de remitirnos a una fuente con el suficiente rigor para aclararnos de forma inequívoca los límites de la sostenibilidad arquitectónica, tenemos que remitirnos al concepto de sostenibilidad, basado en tres pilares: Social, Económico y Ecológico y la definición de arquitectura sostenible para que nos sirva de guía en esta ardua tarea. En este aspecto, la definición que más nos convence es:
"Una verdadera Arquitectura Sostenible es aquella que satisface las necesidades de sus ocupantes, en cualquier momento y lugar, sin por ello poner en peligro el bienestar y el desarrollo de las generaciones futuras. Por lo tanto, la arquitectura sostenible implica un compromiso honesto con el desarrollo humano y la estabilidad social, utilizando estrategias arquitectónicas con el fin de optimizar los recursos y materiales; disminuir el al máximo consumo energético; promover la energía renovable; reducir al máximo los residuos y las emisiones; reducir al máximo el mantenimiento, la funcionalidad y el precio de los edificios; y mejorar la calidad de la vida de sus ocupantes" (Luis de Garrido 2010).
Por tanto, en el momento que tengamos la intención de proyectar o construir un inmueble para que sea plenamente sostenible, no como una etiqueta, sino de forma real, tendremos que evaluar, según hemos definido anteriormente, los siguientes aspectos:
- Optimización de recursos tanto naturales como artificiales
- Consumo energético bajo
- Implantación de fuentes energéticas renovables
- Poca generación residuos y emisiones
- Buena calidad de vida de los ocupantes de los edificios
- Bajos costes en el mantenimiento y construcción de los edificios
Si consideramos que todos estos factores se dan de forma equilibrada habremos conseguido un edificio Sostenible. Para poder contar con una visión más gráfica de lo que estamos explicando publicaremos en breve el enlace a una herramienta que mediante un sencillo formulario estima, en base a los parámetros descritos, el grado de sostenibilidad de un inmueble.
Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS
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