18 de noviembre de 2015

Un entorno sostenible

A la hora de proyectar y construir una vivienda en la que se busca la máxima sostenibilidad, no sólo hay que tener en cuenta los valores intrínsecos de la misma -diseño bioclimático, materiales inocuos, empleo de energías renovables, etc.- sino que el lugar elegido como enclave del inmueble va a favorecer o perjudicar su nivel de sostenibilidad. Por tanto, es importante la correcta elección del emplazamiento de nuestra vivienda si queremos que realmente sea sostenible.
Fuente: PNGEgg

La imagen idílica de una vivienda unifamiliar -aislada del mundo- en medio de un espacio verde, es el icono más común para presentar una casa sostenible, y sin embargo dista mucho de serlo.

Great Barrier House Island
La tipología unifamiliar aislada es una gran consumidora de suelo, uno de los principales recursos naturales y por tanto este hecho, en principio, la invalida como construcción sostenible. Pero además, es necesario crear una extensa red de distribución de servicios (agua, energía, saneamiento) que la abastezca. Incluso en el caso de tratarse de una vivienda "desenchufada", es decir que sea auto-suficiente en estos recursos, sería necesario crear una extensa red de carreteras que diera servicio a cada vivienda, además de que los desplazamientos diarios serían del todo ineficientes: largos recorridos para ir al trabajo, llevar al colegio a los niños o hacer la compra, entre otros; sin posibilidad de un servicio de transporte público, con la generación de contaminación y consumo de recursos que ello supone.

El modelo sostenible se acerca más a entornos urbanos de media densidad, con amplios lugares de relación -evitando la segregación y los guetos, fomentando la mezcla de usos, evitando barrios dormitorios- donde se favorezcan los espacios verdes; que existan redes de servicio comunales -energía, agua, saneamiento, residuos, e incluso climatización-; equipamientos y dotaciones -educación, sanidad, ocio, etc.-; servicios de trasporte colectivo y de vehículos no contaminantes -como la bicicleta- al tiempo que es posible trasladarse a pie al mayor numero de destinos necesarios en nuestro quehacer diario.



Por consiguiente, una vivienda sostenible se perfila más como un piso dentro de un edificio diseñado biocímáticamente, que integre el empleo de materiales autóctonos -de gran durabilidad y bajo coste energético en su generación- e inocuos a la salud y el medio ambiente y las energías renovables, con el desarrollo de la generación energética distribuida, sistemas de climatización urbanos, centros de reciclaje y re-utilización de residuos, captación, acumulación y re-utilización del agua de lluvia y las aguas residuales, en un entorno de proximidad de servicios fundamentales, espacios de relación y zonas verdes, donde los desplazamientos sean principalmente a pie o en bicicleta y, en todo caso, en sistemas colectivos.

Será entonces cuando residamos en un espacio común, donde vivir y fomentar las interrelaciones sociales, en ambientes no contaminados, favoreciendo los negocios y productos locales, planificando y gestionando adecuadamente el suelo, teniendo de forma accesible los servicios públicos, utilizando de manera eficiente los recursos, gestionando adecuadamente los residuos, con una correcta gestión del transporte y los desplazamientos.


Autor: 
Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS

3 comentarios:

  1. Lo que no he entendido es por qué tiene que ser de densidad media, mas alto, mas ahorro de suelo, menos redes de abastecimiento, menos carreteras, mas cerca todo, mas posibilidades de que muchos estén cerca de un gran pulmón verde.... MANHATTAN Y CENTRAL PARK?, quizá el único error de Nueva York sea solo tener un central park.

    Entiendo lo de la vivienda unifamiliar, y puedo llegar a compartir que en zonas muy habitadas es poco sustentable y sostenible, pero el modelo que propones tiene el mismo problema que el de las unifamiliares cuando nos vamos a grandes urbes, volvería a ser ineficiente.

    Quizás, el modelo de una gran ciudad muy densa en el centro y que se va diluyendo según te alejas no sea tan malo, ¿no? Me gusta la ciudad que propones, pero no deja de ser para núcleos de población medios, ¿no? Un abrazo

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    1. Estimado José María:

      Efectivamente, todo tiene sus matices.

      La densidad media-alta también puede funcionar bien, pero cuando llegamos a altas densidades aparecen otros problemas complicados de solucionar, como el aumento del volumen de tráfico, problemas de comunicación, la pérdida de relación entre la vivienda y el resto de la ciudad (si vivimos en un piso 20, la ciudad se percibe distante), etc.

      Efectivamente, el problema de alta densidad y un pulmón para compensarlo es la desigualdad que crea entre los que están pegados al pulmón y los más alejados (la sostenibilidad también tiene en cuenta aspectos sociales) por lo que hay que repartir mejor a lo largo de la ciudad y no mucha densidad por un lado y mucho verde por el otro.

      Lo ideal es subdividir esas grandes urbes en sectores o barrios que funcionen casi de forma independiente, algo que podemos ver de forma frecuente en Canarias donde dos ciudades se adosan pero funciona de forma autónoma (caso de S/C-La Laguna, por ejemplo).

      Parece más adecuada una cuidad de densidad más constante que no sectorice la actividad comercial en el centro y barrios dormitorios en las afueras.

      Gracias por los comentarios y por leernos.

      Atentamente, un saludo.

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    2. Bien, difícil porque hay actividades que solo tienen sentido cuando se refieren a mucha población (estadios deportivos, teatros, centros comerciales, universidades...) pero es también cierto que desde el piso 20 ni siqueira saludas a los del piso 20 de enfrente , jaja, un abrazo, y es un placer leeros

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