Últimamente han aparecido en prensa muchas noticias que hablan del peligro de la pobreza energética en España. Este concepto, para quien no lo conozca, hace referencia a aquellas personas que no pueden disfrutar de la climatización (calefacción y/o refrigeración) en sus casas debido a que no son capaces de hacer frente a las facturas de los combustibles (electricidad, gasoil, carbón, biomasa,...) que sus equipos demandan y que por tanto pasarán frío este invierno, no porque no cuenten con calderas o estufas, sino porque no se pueden permitir encenderlas.
¿Pero como puede el aislamiento térmico ayudar a impedir la pobreza
energética?
Una de las razones que provocan el alto coste energético de nuestras
instalaciones de climatización es la mala o nula calidad del aislamiento térmico
de nuestros edificios. Por ejemplo, en el caso de una instalación de calefacción
en un edificio que no cuente con aislamiento térmico (normalmente todos los
construidos antes de 1981) podemos tener un coste energético aproximadamente
igual para mantener nuestra vivienda en unas condiciones térmicas de confort,
que en lo que se pierde a través de la fachadas, suelos y cubiertas. Es decir, que
del total de la energía consumida para mantener la temperatura en unas
condiciones de confort dentro de nuestra vivienda, sólo el 50% se queda en
nuestra casa aportándonos calor, mientras que el otro 50% sale al
exterior, desperdiciándose a través de la envolvente de nuestro edificio.
Este derroche energético puede reducirse mejorando el aislamiento térmico de nuestro edificio,
además de que obtendremos varios beneficios:
- En primer lugar, podemos alargar el comienzo del uso de la calefacción en invierno, debido a que estaremos mejor protegido del la climatología exterior y la actividad que se produce en el interior de las viviendas (calor generado por las personas, la cocción, los baños,...) será suficiente para obtener la temperatura deseada en esas primeras fases del frío.
- En segundo lugar, la sensación de confort será mayor, ya que en una vivienda mal aislada, tenemos el efecto de pared fría, es decir, que aunque la temperatura de la habitación sea la adecuada, las fachadas están unos cuantos grados por debajo de lo que lo está la habitación y, por tanto, situarnos cerca de ellas se hace desagradable, al tiempo que son propensas a la aparición de humedades y mohos, con lo nocivo que estos elementos son para la salud.
- Por último, pero no por ello menos importante, los consumos energéticos bajarán dramáticamente y con ello el importe de las facturas de energía, por lo que conseguiremos alejarnos de la pobreza energética.
Por todo esto, podemos concluir que
una herramienta eficaz para ayudar a erradicar la pobreza energética
en nuestro país es mejorar el aislamiento térmico de la gran cantidad de
inmuebles existentes que no poseen dicho aislamiento o que lo tienen de forma
insuficiente o degradado por el tiempo.
¿Qué tal es el aislamiento en su casa?
Fuentes: Aislamiento 360 y Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS
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