El inodoro es, hoy en día, el gran consumidor de agua en nuestras viviendas. Si antaño las bañeras, con capacidades por encima de los 150 litros, suponían un agujero negro en el consumo diario de agua, el cambio en nuestro ritmo de vida, que precisa de una acción más rápida como lo es el duchado, junto al hecho de que el acceso a las bañeras es más complicado y peligroso, ha desplazado -en la mayoría de los casos- la instalación de las tinas por los platos de ducha, por lo que en estos momentos, el inodoro es el elemento sanitario de mayor consumo. Pero existen medidas para reducirlo.