Vivir con las ventanas abiertas

Cada día se hace más hincapié en la importancia del control de las infiltraciones de aire. Por ello se recomienda la instalación de carpinterías de alta estanquidad y un gran control en la ejecución de las obras, para evitar problemas en encuentros, instalaciones y acabados.

Para garantizar que estas medidas han resultado efectivas se realizan finalmente una serie de pruebas, mediante la termografía y el ensayo Blower Door.

Fuente: Francisco Gómez de Tejada | arquitecto

Pero que pasa si les cuento que hay una parte de España que vive PERMANENTEMENTE con las ventanas (y a veces las puertas) abiertas. Un lugar donde los ciudadanos mantienen sus ventanas abiertas día y noche, verano e invierno.

Donde lo importante no es la estanquidad, sino oír el ruido del mar y mecerse con él para conciliar el sueño, donde se trabaja relajadamente escuchando el canto de los pájaros o donde, cuando no se tiene tanta suerte, se escucha simplemente la música que pone nuestro vecino o el ruido de la ciudad.

Ejemplos de infiltraciones de aire en la vivienda.
Fuente:Infiltraciones de Aire en la Vivienda por Sergio Antonio Navarrete Boutaud

Evidentemente, en estas circunstancias, poco importa la estanqueidad de las carpinterías, los grandes espesores de aislamiento o los equipos de climatización. ¿Y entonces cómo se puede estar dentro de los edificios sin morirse de frió o de calor?

Las estrategias de climatización en el interior de estos edificios se basan en el control de las ganancias solares -por medio de elementos como toldos, persianas o cortinas- y el juego inteligente de apretura y cierre de huecos:

• Algunas veces se abren de forma abundante para facilitar la sensación de enfriamiento por movimiento del aire, mientras que otras veces se limita a pequeñas rendijas que garanticen la eliminación del exceso de humedad y de renovación del aire.
• También influye la dirección predominante de los vientos, que los usuarios conocen perfectamente, o si el hueco da a un patio interior más protegidos de los ruidos del tráfico o directamente al paisaje exterior, donde muchas veces se posicionan con una silla a disfrutar del mismo.

Si dentro de casa el calor se vuelve insoportable, la tradición manda sacar una sillita y sentarse en la calle a ver pasar la vida. Fuente: Agua de Temu

Si a todo esto se le suma una arquitectura basada en la inercia térmica, el edificio funcionará incluso mejor que uno climatizado mecánicamente.

Evidentemente, para que todo esto pueda funcionar, las condiciones climáticas del entorno tienen que ser muy particulares: un clima suave durante todo el año, un viento fresco y húmedo la mayor parte del año y una intensa radiación solar.

Estas circunstancias no se dan en todas las partes del planeta, pero sí en las zonas costeras del archipiélago canario, donde la gente vive de otra manera porque las condiciones son otras.

Y precisamente por ello, las exigencias normativas y los estándares constructivos no pueden ser iguales que a los del resto de Europa. Desde aquí abogamos por unas consideraciones normativas específicas para las especiales condiciones climáticas, culturales, económicas, geográficas, etc. del archipiélago canario y así poder dejar de padecer una normativa edificatoria que le da la espalda a la soluciones pasivas/bioclimáticas en pro de la aplicación de materiales aislantes de baja densidad y carpinterías de alta estanqueidad, dando lugar a arquitecturas con un precio elevado que ningún sentido tienen cuando se vive con las ventanas abiertas.

Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS.