19 de octubre de 2015

El arquitecto de cabecera

Hace tiempo, ya adelantábamos la importancia que tiene la figura del arquitecto en algunas acciones cotidianas relacionadas con nuestros inmuebles. Hoy queremos profundizar en la labor del técnico como arquitecto de cabecera.
Fuente: Imagen de Alexa en Pixabay 

Si bien, muchas son las funciones que ejerce el arquitecto de cabecera, tal vez la más importante y conocida es la de llevar el control de conservación y mantenimiento del edificio, alargando la duración de éste y asegurando la calidad de vida de sus ocupantes. Del mismo modo que realizamos un cuidado preventivo de nuestra salud para prevenir cualquier mal o enfermedad antes de que se produzca, el arquitecto de cabecera conoce a la perfección el estado de nuestro edificio -por medio de inspecciones periódicas- para así detectar cuanto antes cualquier posible patología, actuando sobre ella antes de que sus consecuencias ocasionen costosas obras de reparación.

Este mismo técnico -que como decimos es el que mayor conocimiento tiene del inmueble- será quien dictamine, dirija y gestione las obras de reparación o mantenimiento que sean necesarias a raíz del control que realiza sobre el mismo. De este modo, evitamos la intervención de distintos profesionales en el proceso de rehabilitación del edificio que, con criterios diferentes, pueden dar lugar a resultados indeseados. Volviendo al símil con el médico, podríamos citar el refranero y decir que: "Un médico cura, dos dudan, tres muerte segura".

También será el encargado de desarrollar un plan de mantenimiento adaptado a las características del edificio donde planifique y gestione aquellas medidas básicas a realizar por los usuarios para el correcto funcionamiento del edificio como pueden ser: la limpieza periódica de canalones y cazoletas de recogida de aguas pluviales, la detección de grietas o manchas de humedad, etc.

Otra función -desde nuestro punto de vista- fundamental y poco empleada del arquitecto de cabecera es el asesoramiento en el momento de la compra de un inmueble. Si bien parece una práctica común en la adquisición de un automóvil de segunda mano la supervisión previa de éste por un mecánico de confianza, que sea capaz de detectar problemas ocultos, en el caso de la compra de un inmueble -cuyo valor supera con creces la de un vehículo- la mayoría de las personas se dejan asesorar simplemente por lo que les cuente el vendedor o -en todo caso- el asesor inmobiliario, que se tratan de parte interesada. Para más inri, con un coche, al menos podemos levantar el capó y echar un vistazo al motor y -si tenemos algunoconocimientos- detectar posibles defectos, pero en el caso de una vivienda, sólo seremos capaces de percibir de forma visual los acabados y el tipo de carpintería -con su ubicación-, siendo desgraciadamente el conocimiento general medio sobre las características de los edificios mucho menor que el que se suele tener sobre los vehículos. Por tanto, en la mayoría de las ocasiones, los compradores de viviendas toman sus decisiones basadas en el lugar donde se sitúa el inmueble, los metros cuadrados que tiene, sus vistas y -todo lo más- la calidad de los acabados, olvidando las propiedades de sus instalaciones, la relación con la orientación, sus características de aislamiento térmico o acústico, la posibilidad de vicios ocultos, etc.

Normalmente todos estos aspectos se descubren cuando ya han comprado la vivienda y se encuentran habitándola, momento en el cual nos llaman para que analicemos qué pasa, y es entonces cuando sólo podemos explicarle la causa de sus problemas, que normalmente no tiene solución o es tan cara y compleja que no compensa acometerla. En ese momento se preguntan por qué no buscaron asesoramiento previo a la compra, pero ya es demasiado tarde.


Autor: 
Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo!soy arquitecta tecnica y persigo des de hace años este asesoramiento, parece que falta concienciación o valorizar la importancia de la vivienda. ¿Valoramos más el coche que la vivienda?

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    1. Estimada Clara:

      Desde nuestro punto de vista falta cultura o conciencia edificatoria. Las empresas automovilísticas han realizado una encomiable labor publicitaria consiguiendo que el coche sea un objeto que se percibe con un valor altísimo -muy superior al real-, mientras que nadie se ha encargado de educar o dar conciencia sobre el alto valor e importancia que supone residir en una adecuada vivienda.

      Muchas gracias por el comentario y por leernos.

      Atentamente, un saludo.

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  2. El asesoramiento inmobiliario lo puede realizar un arquitecto Pero los asuntos de reparaciones de piel ( revoques ) o peor aún de tipo estructural del esqueleto es más apropiado las diagnostique y repare un ingeniero civil .

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    1. Estimado Sergio:

      En cada país las competencias asociadas a un técnico varían, incluso las titulaciones. En el caso de España existe por ejemplo la figura del aparejador o arquitecto técnico que no aparece en otros países y el arquitecto tiene competencia en estructuras e instalaciones puesto que nuestra formación es la equivalente a la de "arquitecto más ingeniero civil", figura que por sí sola no existe.

      Sabemos que la casuística en Argentina es otra.

      Muchas gracias por leernos y por el comentario.

      Atentamente, un saludo.

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