4 de junio de 2018

La cal como material bioclimático en la arquitectura tradicional canaria

La arquitectura tradicional canaria es el resultado de la adaptación de una arquitectura importada, a las condiciones muy particulares de las islas, lo que le imprime un sello muy personal que la hace diferente. Esta arquitectura realiza una labor natural de adaptación e integración con el menor esfuerzo material y energético, razón por la cual es ejemplo de arquitectura bioclimática, ya que a base de ensayos y errores, a través de la experimentación cotidiana, representa la adecuación perfecta entre el clima, las necesidades humanas y la construcción sostenible. En la arquitectura vernácula del archipiélago canario -del mismo modo que ha sucedido en muchas otras arquitecturas tradicionales- la cal ha sido un material fundamental, pero no sólo como componente aglomerante para consolidar los muros o revestir las fábricas de piedra, gracias a sus cualidades de resistencia, durabilidad o flexibilidad, sino sobre todo como elemento fundamental dentro de su estrategia bioclimática, a través de sus múltiples propiedades, funcionando como elemento de aislamiento térmico, corrector de la humedad ambiental, desinfectante, impermeabilizante, etc.
Hornos y casas cuevas en la Atalaya Santa Brigida 1890-1895. Exposición fotografías antiguas "Gran Canaria desconocida". Las colecciones fotográficas de la Casa de Colón. Las Palmas de Gran Canaria. Fuente: Flickr

En la arquitectura vernácula del archipiélago canario -del mismo modo que ha sucedido en muchas otras arquitecturas tradicionales- la cal ha sido un material fundamental, pero no sólo como componente aglomerante para consolidar los muros o revestir las fábricas de piedra, gracias a sus cualidades de resistencia, durabilidad o flexibilidad, sino sobre todo como elemento fundamental dentro de su estrategia bioclimática, a través de sus múltiples propiedades, funcionando como elemento de aislamiento térmico, corrector de la humedad ambiental, desinfectante, impermeabilizante, etc.

Veamos pues a continuación como la cal tiene una función fundamental en las distintas tipologías de la arquitectura tradicional canaria:
La casa-cueva
La cal es un elemento frecuente en la arquitectura troglodita canaria, donde todo el interior está albeado con cal en paredes y techo y en muchas ocasiones el encalado se extiende al exterior de la misma, donde contrasta con el color oscuro de la toba y sobre el que destaca una gran profusión de plantas de colores vivos.

La arquitectura subterránea posee unas características bioclimáticas inmejorables y sostenibles en cuanto a su ejecución o rehabilitación. Sin embargo, la humedad contenida en el terreno y la propia del uso de la edificación junto con las bajas temperaturas en condiciones de invierno provocaría situaciones de malestar al aumentar la sensación térmica de frío con la presencia de humedad.

El recubrimiento exterior de la cueva de cal -permeable- permite cierta transpirabilidad al terreno que reacciona a las lluvias absorbiendo agua, reteniéndola e impermeabilizándose internamente al tiempo. Cuando llega el verano la evaporación de ese agua ayudará a mantener las bajas temperaturas interiores.

En zonas de rocas blandas, la parte del terreno por encima de la cueva se impermeabiliza mediante enfoscados de mortero de cal, para evitar filtraciones y humedades y en el interior de las viviendas sirve de barrera para pequeños insectos de la tierra.

Por otro lado, para proveer de iluminación natural a un espacio enterrado -y que por tanto en principio carece de ella- se conjugan dos estrategias: por un lado, se busca el color claro de su caras internas, a través del encalado o el albeado del interior; por otro lado, implantando un pequeño ventanillo practicado sobre el dintel de la entrada, el cual suministra una fuente de luz que se difundía por reflexión en las paredes.

A esto ayuda el hecho de que las cuevas canarias no suelen tener grandes profundidades -no siendo común que se concatenen más de dos estancias en profundidad-, sino que se constituyen normalmente a partir de cámaras contiguas que dan directamente al exterior o, más normalmente, a un patio que les provee de iluminación y ventilación al tiempo que sirve de elemento protector.
La casa terrera
La vivienda tradicional canaria de una planta, con muros de piedra y cubierta de tejas es denominada en el archipiélago como "casa terrera".
Es la vivienda rural canaria por antonomasia, siendo la más común y la de mayor arraigo en casi todas las comarcas del archipiélago por lo que también se la conoce como "casa canaria" y es, por consiguiente, la que ha llegado hasta nuestros días con todas las formas y combinaciones que la cultura y los tiempos han ido imprimiendo sobre ella.

Los muros de carga son de sillares basálticos o mampostería ordinaria calzados con hijas o ripios. En las fachadas abunda la mampostería mientras se destinan los sillares a los marcos de los huecos y a las esquinas. Se emplean como elemento de relleno el barro, trozos de teja o pequeñas lascas de piedra. Éstos se terminan con enjalbegado de cal o cal y arena, que mejora sus características térmicas.

El empleo de la cal en el recubrimiento de los muros les confiere la capacidad de ser impermeables a la lluvia, al tiempo que permite respirar a la pared, facilitando la eliminación de la humedad del interior.

El encalado de la fachada principal, orientada normalmente al sur, que solía ser restaurado cada seis meses o cada año -junto antes de la llegada de la época de lluvia y/o la calurosa- para mantener todas sus propiedades y evitar el calentamiento del interior mediante el aumento del su albedo o cantidad de radiación solar que es devuelta a la atmósfera tras chocar con una superficie. Un alto albedo consigue reflejar la luz y el calor recibido regulando el calor y manteniendo los hogares a temperaturas inferiores a la exterior.
La casa de azotea
Además de la casa terrera con cubierta de teja, podemos encontrar la vivienda de techo plano transitable -de torta o azotea- el cual sirve de elemento de recogida de agua para el aljibe, espacio de secado de frutos o zona para el tendido de ropa.

Los muros antiguamente se construían con piedra seca, luego piedras aglutinadas en barro, más tarde con mortero de cal y finalmente con bloques de arena volcánica y cemento. Originalmente de piedra vista por el exterior y blanqueados en el interior -que en ocasiones se deja asomar por los bordes de los huecos, lo que se denomina "bigotes"-, posteriormente han terminado siendo blanqueados también por el exterior, al menos, con el encalado de la fachada principal.

Esta tipología predomina en las islas más orientales -Lanzarote y Fuerteventura- y en las zonas costeras de las islas orientales.

Una de las principales características que constituyen las edificaciones es la blancura de todas las superficies exteriores -incluidas las cubiertas- para reflejar la luz solar, impidiendo que el calor pase al interior de la vivienda y convirtiéndose en un aislante térmico, contribuyendo a la refrigeración por alta masa térmica (aplicable en temperaturas entre 20º C y 36º C, con casi cualquier humedad: desde 8% hasta 80%), ya que reduce sus ganancias diurnas gracias al efecto del albedo, mientras que disipa el calor por la noche, al bajar las temperaturas y por radiación a la bóveda celeste.

Las cubiertas planas -o de azotea- se fabrican de barro reforzado con paja, o barro y picón con cal. Estas cubiertas se combinan con las de teja en un mismo edificio, conformando una azotea o un mirador.

La escasez de agua hace necesaria la recogida, sin que se pierda ninguna gota de la agualluvia, término empleado en Lanzarote para designar el agua de la lluvia. Esta necesidad ha determinado la forma de las viviendas lanzaroteñas, de modo que sus plantas tradicionales en "L" o en "U" no sólo son idóneas para proteger el patio del alisio sino que ayudan a verter el agua de las azoteas al patio interior bajo el cual se ubica el aljibe.
El aljibe es un depósito o cisterna subterránea cuyo fin es almacenar agua, en este caso de lluvia. Se sitúa bajo el patio principal o en el patio entre varias construcciones de una misma vivienda.
Este tipo de infraestructuras hidráulicas se fabricaban con mezcla real -cal mezclada con arena y aglutinada con arcilla- ya que queda mejor que con cemento, se estalla menos, y de vez en cuando se le echaba una piedra pequeña de cal viva al agua del aljibe para que desinfectase el agua.

Las azoteas poseen una ligera pendiente hacia los desagües, que lanzan el agua al patio a través de las gárgolas o caños. El exterior de la cubierta se encala para favorecer la escorrentía y evitar su filtración, que con una ligera pendiente facilita la conducción del agua hacia las gárgolas, que la vierten al patio.

El patio y los alrededores de la casa se pavimentan con una torta de barro y cal para poder recoger el agua de la lluvia limpia y desinfectada y conducirla, mediante la pendiente del patio y pequeños muretes y maromas tendidas para la ocasión, hasta el caño del aljibe.

El patio genera un espacio protegido del sol, con la presencia del aljibe para la recogida de aguas que, junto con algo de vegetación -como un parral o algún árbol-, aporta frescor y humedad al ambiente del mismo constituyendo el mejor regulador de la temperatura. En climas secos, o que tienden a secos en época estival, un aumento controlado de la humedad relativa del aire permite capturar la energía del ambiente para mejorar los niveles de confort.
El patio es un fenómeno bioclimático excepcional capaz de intervenir directa o indirectamente en el acondicionamiento de los edificios, en ocasiones, colaborando en el mejor funcionamiento de algunas estrategias bioclimáticas y, en otras, con aportaciones propias.

En el patio, el empleo de vegetación, de agua y la radiación nocturna con el embolsamiento de aire frío lo convierten en una estrategia imprescindible en climas calurosos.

En verano, la evapotranspiración -fenómeno conjunto de evaporación directa más la transpiración de la vegetación- que se produce en los patios por la presencia del agua de los aljibes, junto con la vegetación hará que disminuya la temperatura del patio creando una zona de altas presiones que provoca la succión del aire que se encuentra a nivel superior. Con la abertura de ventanas o puertas en el patio, el aire entrará por la casa pudiendo recurrir a la ventilación cruzada por medio de la abertura de ventanas u otro tipo de vanos en paredes opuestas.

En invierno, la temperatura del patio será también mayor que la temperatura del aire exterior.
Extracto de la comunicación presentada por el Dr. Arq. Eduardo Martín del Toro, investigador colaborador del grupo de investigación Arquitectura y Paisaje de la ULPGC y CEO de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS en en las VI Jornadas FICAL 2018 - Fórum Ibérico de la Cal, organizadas por el Grupo de Investigación MIMED del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias,y celebradas en la Universidad de Navarra del 28 al 30 de mayo de 2018.
Para acceder a la comunicación completa aquí.
Con el resultado de las actas revisadas por pares de los trabajos presentados se ha editado el libro TRADICIÓN, VERSATILIDAD E INNOVACIÓN EN LA CAL: UN MATERIAL DE EXCELENCIA, que pueden obtener aquí.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo! Soy estudiante de arquitectura y este contenido me es de gran ayuda!

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  2. Las piedras han sido fundamentales en la construcción desde tiempos ancestrales. Resistentes y elegantes, ofrecen una conexión única con la naturaleza, haciendo de cada edificación una obra duradera y con carácter distintivo.

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