Es desolador darse una vuelta por cualquier ciudad (espero que no sólo pase en las que transito) y encontrarse gran cantidad de edificios "en mallas".
Edificios que han sufrido caída de cascotes y -como medida de seguridad ante posibles futuros accidentes- han sido forrados con mallas de protección.
Es preocupante ver que este conjunto de edificios esta formado no sólo por inmuebles de avanzada edad -cuyo mantenimiento normalmente ha sido nulo-, sino que también se les unen, obras de reciente construcción cuyos aplacados pretenden independizarse.
Y más preocupante aún es comprobar que la colocación de la malla no es una medida provisional -a modo de rápida actuación a la espera de la debida intervención-, sino que se toma ésta como acción definitiva, descubriendo edificios que llevan ya más años "en mallas" de los que pasaron a "fachada descubierta".
Tal vez, esta sea la consecuencia del rechazo que muestran muchas comunidades y propietarios a la realización necesaria de un mantenimiento periódico de sus inmuebles, y más aún si éste hay que realizarlo de forma obligada a través de la ITE.
Por desgracia, las numerosas noticias aparecidas en prensa, mostrando las peligrosas consecuencias que suponen para transeúntes y propietarios, los accidentes causados por la falta de mantenimiento de los edificios, parece no ser suficiente para concienciarlos en la necesidad (y ahora también obligación) de un mantenimiento preventivo. Además de evitar la desagradable sensación de sentirse "enjaulado" en tu propia casa tras una malla que te separa del exterior.
Zona vallada tras la caída de cascotes en la prolongación de Ramón y Cajal. Fuente: J.G. |
Un cascote de más de 70 kilos, a punto de caer al vacío en la zona de Mesa y López. Fuente lp / dlp |
Acordonan una parte de la calle Triana por la caída de cascotes. Fuente: HÍPOLA |
Culpa de esto también la tiene la pasividad de la Administración local, por la falta de medidas activas a través de inspecciones y sanciones para el cumplimiento de un mantenimiento -al menos de mínimos-, normalmente por entender que estas medidas de control del estado de la planta inmobiliaria son anti-populares y, por tanto, contrarios a su afán de recaudar votos.
Pero más allá de buscar culpables, que no debe ser ese el punto donde poner el esfuerzo, lo importante es conseguir cambiar esta situación y que las mallas que cubren nuestras ciudades desaparezcan. Así como los edificios en un estado deplorable, algunos de ellos con más de 50 años y que no han recibido ni una mano de pintura desde que se construyeron. O los edificios abandonados, que por no estar sacándoles ningún beneficio, parece que tampoco se merecen ser cuidados. Y peor aún, aquellos que se excusan en la crisis o la falta de dinero para no invertir en su bien más preciado, cuando sabemos que una falta de mantenimiento puede acarrearles gastos mucho mayores, ya sea por tener que realizar importantes actuaciones cuando se produzca una avería o -peor aun- por un accidente, en ocasiones con consecuencias fatales.
Si esto se cumpliera, la realización de la ITE sería un puro trámite, que dejaría de ser costoso y traumático.
Autor: Eduardo Martín del Toro, Dr. Arquitecto y Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática, propietario de Del Toro & Antúnez ARQUITECTOS
Solo hay que mirar y tocar a la puerta
ResponderEliminarhttp://laspalmasred.wordpress.com/
Excelente aportación que desconocíamos.
EliminarEs de destacar los numerosos ejemplos de edificios nuevos que aparecen "en red". Una gran labor.
Atentamente, un saludo.
PD: en la entrada ESTAMOS EN FACEBOOK! el enlace a dicha red social es defectuoso.