Hace ya varios años que venimos escuchando la palabra “sostenibilidad” y “sustentabilidad” y el hecho es que están cobrando cada vez más fuerza y se están convirtiendo en condición indispensable para llevar adelante cualquier tipo de tarea.
Las empresas adoptan la sustentabilidad como forma de hacer sus procesos y mecanismos de desempeño más eficientes, y la arquitectura para minimizar el gasto energético y las emisiones de CO2, en relación a su gestión, construcción, uso y demolición.
¿Cuál es el panorama actual de la construcción en el mundo?La industria de la construcción es responsable del:
- 40% de las emisiones de CO2
- 60% del consumo de materias primas
- 50% del consumo de agua
- 35% de los residuos generados
En arquitectura el concepto esta íntimamente relacionado con el ciclo de vida, tanto del edificio en sí mismo como de los materiales que lo componen. El ahorro energético y el consumo responsable que hoy tengamos inciden directamente en nuestro presente y futuro.
La construcción es una actividad de elevado consumo energético que involucra miles de actores y procesos que son los responsables de que esto suceda. Pero para tomar verdadera conciencia sobre este tema el primer paso es informarse.
Entonces, ¿qué es la arquitectura sustentable? El arquitecto Luis de Garrido dice: “La arquitectura sustentable es aquella que satisface las necesidades de sus ocupantes, en cualquier momento y lugar, sin por ello poner en peligro el bienestar y el desarrollo de las generaciones futuras".
Y continúa: “Por lo tanto, la arquitectura sustentable implica un compromiso honesto con el desarrollo humano y la estabilidad social, utilizando estrategias arquitectónicas con el fin de optimizar los recursos y materiales; disminuir al máximo el consumo energético, promover la energía renovable; reducir al máximo los residuos y las emisiones; reducir al máximo el mantenimiento, la funcionalidad y el precio de los edificios; y mejorar la calidad de la vida de sus ocupantes”.
Una arquitectura sustentable debe ser una arquitectura económica, sin dispositivos que la encarezcan o mecanismos que corrijan errores que están presentes desde la concepción del edificio.
Un edificio sustentable debe ser bioclimático
Es decir, aprovechar las mejores orientaciones (siempre que esto fuera posible) para disminuir ganancias en verano y evitar pérdidas de calor en invierno. Aprovechar vientos y flujos de aire para el enfriamiento del edificio. Para esto deberá contar con una envolvente con suficiente aislamiento térmico como para optimizar su comportamiento frente al clima durante todo el año.
Los pilares básicos en los que se debe fundamentar la arquitectura sustentable son:
- Optimización de los recursos y materiales
- Disminución del consumo energético y fomento de energías renovables
- Disminución de residuos y emisiones
- Disminución del mantenimiento, explotación y uso de los edificios
- Aumento de la calidad de vida de los ocupantes de los edificios
Pero hay que tener cuidado sobre lo que se vende como sustentable, sobre todo en el área urbana. Así como “no todo lo que brilla es oro”, no todo lo que se ve “verde” es sustentable. Por ejemplo, un techo verde será sustentable siempre y cuando sus especies vegetales sean autóctonas, no requiera riego además del proveniente de la lluvia, su ejecución se justifique como para realizar la inversión (los techos verdes tienen un costo más elevado que el de una cubierta tradicional), etc.
Llevar a cabo una arquitectura ambientalmente consciente no es tarea fácil, ya que depende de muchos factores, varios de los cuales están fuera del alcance del arquitecto, como por ejemplo la actitud que adopten los usuarios del nuevo edificio para contribuir a su eficiencia energética.
La arquitectura sustentable debe ser eficiente durante todo el año; debe sentirse confortable y prescindir de dispositivos adicionales para refrescarla o calefaccionarla; debe consumir lo menor posible en electricidad y optimizar el consumo de agua. Es una arquitectura que casi no debería recibir mantenimiento.
Pero tengamos en cuenta de que todo esto es posible si se abordan los conceptos de ahorro desde el origen del proyecto y durante su etapa operativa, es decir, a lo largo de toda su vida útil, lo cual requiere de un aprendizaje y compromiso de la persona que la habita.
Fuente: negro&white
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