En un contexto de creciente preocupación por el ahorro energético, los edificios, responsables de cerca del 30% del consumo total de energía final de nuestro país, se ven en el punto de mira.
Con el objetivo de incentivar medidas de ahorro energético y reducción de las emisiones de CO2 dentro de la Unión Europea, se han desarrollado diversos estándares, etiquetas y certificados para las edificaciones, algunas obligatorias para los países miembros de la Unión, y otras voluntarias.
Certificación Obligatoria
De forma análoga a lo acontecido en otros países europeos, en 2007 se aprobó el Real Decreto 47/2007 relativo a la eficiencia energética de los edificios, que establece la obligación de poner a disposición de los compradores o usuarios de los edificios nuevos, o de aquellos que hayan sufrido reformas de cierta envergadura, un certificado de eficiencia energética. Este certificado deberá incluir información objetiva sobre las características energéticas de los edificios, de forma que se pueda valorar y comparar, con el fin de favorecer la promoción de edificios de alta eficiencia energética y las inversiones en ahorro de energía.
El objetivo era fomentar entre el público la difusión de esta información y, en particular, en el caso de las viviendas, que constituyen un producto de uso ordinario y generalizado, dar a conocer los diferentes productos puestos a disposición de los consumidores y usuarios, a fin de facilitar el necesario conocimiento sobre su uso, consumo y disfrute.
Con el fin de facilitar la interpretación, por parte de los consumidores, del certificado de eficiencia energética, se aprobó un distintivo común en todo el territorio nacional denominado etiqueta de eficiencia energética, parecido al de los electrodomésticos, que identifica a los edificios con una letra según su clase energética, siendo la A la que distingue a los edificios que consumen menos energía y emiten menos CO2, y la G la que distingue a los menos eficientes.
La medida, sin embargo, no ha tenido un reflejo en el parque de viviendas ni ha influido en el mercado debido a la coyuntura económica, ya que son muy pocos los proyectos en nuestro país que se han visado a partir de la entrada en vigor del mencionado Real Decreto.
Aunque con retraso respecto a gran parte de los países de nuestro entorno inmediato, se espera la aprobación inminente de un certificado análogo para los edificios existentes. De hecho, el proyecto de real decreto se puede consultar en la Web del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
En otros países donde ya está implantada la certificación para edificios existentes, como Francia, por ejemplo, los portales inmobiliarios ya incluyen filtros para la búsqueda de ofertas de venta y alquiler de viviendas en función de su clase energética.
Certificados voluntarios
Hay varios sellos, certificados o estándares, de carácter voluntario. Algunos van mucho más allá de relacionar el certificado con el consumo energético y emisiones de CO2: también tienen en cuenta un menor consumo de agua, una menor generación de residuos durante la construcción y el uso del edificio, la utilización de materiales ecológicos en su construcción, una relación respetuosa del edificio con el entorno inmediato, altas condiciones de confort para sus ocupantes, etc.
A parte de estas cuestiones, la diferencia fundamental con los certificados obligatorios, descritos en el apartado anterior, es que estos sellos o distintivos sólo se conceden a edificios que cumplen un elevado nivel de prestaciones energéticas, determinado por el propio estándar, mientras que los obligatorios se limitan a mostrar la clase energética del edificio, aunque sea una clase de muy bajas prestaciones como la “F” o “G”.
En España como en la mayoría de otras naciones de Europa y del Mundo existen al menos cinco organizaciones internacionales (en otros países algunos más) con grupos ya establecidos que de una forma u otra promueven la sostenibilidad en el mundo construido.
Cada uno de estos grupos tiene unos orígenes distintos tanto en el tiempo como en base a los grupos sociales que los han generado; industrias, empresas, organizaciones privadas, gobiernos multilaterales como la UE, nacionales, locales, regionales, funcionarios, burócratas, profesionales.
Cada uno de ellos tiene un sistema de Certificación de edificios distinto y que está basado y obedece a diversas y diferentes; misiones, visiones, principios, intereses económicos, políticos y de todo tipo.
Diversidad, variedad, planteamientos distintos, puntos de vista diferentes, formas distintas de pensar, el cómo afrontar soluciones distintas a mismos problemas, todo ello supone riqueza para las personas, el medio-ambiente, las empresas y el triple resultado final – Planeta, Personas, Beneficio.
Todos ellos aportan resultados positivos, cada uno de ellos desde su punto de vista y bajo sus intereses. Todos ellos contribuyen de una forma u otra a una mayor sostenibilidad en los campos de la construcción, inmobiliario y obra civil. De todos ellos; las personas, los ciudadanos, la industria, las empresas, el medio construido y el medioambiente se benefician de una forma u otra. Los promotores y empresas que realizan edificios sostenibles tienen la libertad de elegir el sistema que mejor se adecue a sus necesidades e intereses. Tienen variedad, tienen opciones, pueden elegir y eso supone una gran riqueza y un gran valor añadido para la industria, las personas y el medio-ambiente.
La aceptación, uso y utilización de estos sistemas de Certificación va a depender de como sean capaces de satisfacer las necesidades de las empresas y de los ciudadanos, como reduzcan el impacto en el medioambiente y como sean de rentables para los que los utilizan de una forma u otra. Estamos en una sociedad democrática, libre y abierta. Formamos parte de Occidente. Estamos en una economía occidental de mercado que se mueve por criterios de rentabilidad. Por tanto va a ser el mercado el que va a decidir que sistemas son mas validos y cuales funcionan mejor para satisfacer las necesidades de la industria, las empresas, los requisitos de bienestar de los ciudadanos, el impacto en el medioambiente y la rentabilidad para todos ellos.
Dentro de las certificaciones voluntarias, podemos encontrar las siguientes:
- LEED:
LEADERSHIP in ENERGY in ENVIRONMENTAL DESIGN es el estándar en construcción sostenible con mayor prestigio en todo el mundo. Se basa en un sistema de puntuación que mide el nivel de respeto medioambiental y de salud de los edificios y que ha sido desarrollado por el US Green Building Council (USGBC). El certificado LEED se estructura en 5 categorías principales:
- EMPLAZAMIENTO, que mide el impacto que tiene la selección de un emplazamiento concreto sobre el medio ambiente local.
- GESTIÓN DE AGUA, que incluye la integración de tecnologías y estrategias para reducir la cantidad de agua potable consumida en el edifico.
- CALIDAD AMBIENTAL INTERIOR, que tiene en cuenta el uso de luz natural, criterios de confort térmico, acústico, ventilación y otros aspectos que inciden sobre la salud ambiental de un espacio.
- MATERIALES, que promueve las prácticas de reducción de deshecho de la construcción, de reciclado doméstico así como el uso de materiales reciclados o rápidamente renovables para la construcción.
- ENERGÍA Y ATMÓSFERA, que mide la eficiencia y comportamiento energético del edifico y que promueve la integración de energías renovables.
Dentro de cada una de estas 5 categorías hay créditos o puntos para el cumplimiento de objetivos específicos. LEED v3.0, la última actualización, incluye un máximo de 100 puntos y, en función de los puntos conseguidos, permite alcanzar 4 niveles de certificación: Certificado, Plata, Oro o Platino, la máxima categoría.
- BREEAM:
Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology es el método de evaluación y certificación de la sostenibilidad de la edificación líder en el mundo y técnicamente más avanzado, con una trayectoria de más de 20 años en el mercado de la edificación sostenible, contrastado con más de 200.000 proyectos certificados, y una red de más de 4.700 asesores independientes reconocidos.
BREEAM se corresponde con un conjunto de herramientas avanzadas y procedimientos encaminados a medir, evaluar y ponderar los niveles de sostenibilidad de una edificación, tanto en fase de diseño como en fases de ejecución y mantenimiento, contemplando las particularidades propias de cada una de las principales tipologías de uso existentes (vivienda, oficinas, edificación industrial, centros de salud, escuelas, etc.).
BREEAM evalúa impactos en 10 categorías (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación) permitiendo la certificación de acuerdo a distintos niveles de sostenibilidad, y sirviendo a la vez de referencia y guía técnica para una construcción más sostenible.
- VERDE:
La Certificación GBCe–VERDE reconoce la reducción de impacto medioambiental del edificio que se evalúa comparado con un edificio de referencia. El edificio de referencia es siempre un edificio estándar realizado cumpliendo las exigencias mínimas fijadas por las normas y por la práctica común.
GBCe utiliza para la evaluación del impacto ambiental evitado por los edificios la metodología de evaluación conocida como VERDE que establece un total de 6 Niveles de Certificación que permiten reconocer de forma diferenciada los méritos medioambientales de cada uno de los proyectos que solicitan la certificación.
- PdC:
Perfil de calidad es una marca de carácter voluntario creada por el Instituto Valenciano de la Edificación que reconoce que los edificios de vivienda con distintivo Perfil de Calidad. Se evalúa la calidad de los edificios de una manera similar a la clasificación de hoteles que se realiza mediante estrellas, o a la de restaurantes, mediante tenedores.
El Perfil de Calidad analiza el edificio para conocer sus niveles de calidad respecto a estos requisitos: ahorro de energía, uso sostenible de recursos naturales, protección frente al ruido, accesibilidad al medio físico y funcionalidad de los espacios.
- Q Sostenible:
Q-Sostenible es un sello de certificación cuya finalidad es ordenar y legitimar como sostenibles las empresas, edificaciones y urbanizaciones, garantizando que las mismas han minimizado el impacto ambiental y que se han regido por criterios de construcción bioclimática y calidad integral. Las ventajas ligadas a la certificación Q-sostenible son, ante todo, la confirmación del valor ambiental añadido, la reducción en el consumo de recursos y la mejora de las condiciones de salud y bienestar. Lo que, paralelamente, supone una ventaja competitiva para la empresa que ejecuta el proyecto.
- Passivhaus:
De origen alemán, es quizá la más conocida en Europa. Se basa en levantar construcciones que cuenten con gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones, y una máxima calidad del aire interior, además de aprovechar la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético del orden del 70% sobre las construcciones convencionales.
- Minergie:
Minergie es un standard suizo cuyas directrices sirven para reducir el consumo de energía y el nivel energético de los edificios. Se puede aplicar tanto a edificios nuevos, como en el caso de rehabilitaciones. Quizá por eso es el que mayor alcance internacional ha tenido, contando actualmente con cerca de 20.000 edificios certificados en todo el mundo.
- Energy-plus Building
Una casa de energía-plus es un edificio que produce más energía de la que consume. Esta norma será obligatoria para todos los edificios nuevos a partir de 2020 en Europa.
- HQE
“La Haute Qualité Environnementale” o Alta Calidad Medioambiental es otro estándar francés para edificios verdes.
HQE es un enfoque que conduce a una certificación que aprueba el examen de las cuestiones ambientales en la construcción de un edificio. Este enfoque se divide en 14 metas distribuidas en 4 familias, y cada objetivo en sí se descompone en una serie de objetivos parciales, alcanzando un total de 52 temas tratados.
Fuentes: Fundación laboral de la construcción, Green Living Projects, BREEAM.ES, GBCe, Perfil de Calidad, Sustentable & Sostenible y Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE)
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