Porque no es sustentable todo lo que nos venden como sostenible, en este blog recogemos una serie de artículos y comentarios que nos acercan hacia una Arquitectura necesaria.
Para la evaluación del comportamiento térmico de los sistemas constructivos generalmente nos basamos en un único parámetro, el coeficiente de transmitancia térmica o, su inverso, la resistencia térmica.
Sin embargo, existen otros dos parámetros de vital importancia de cara entender cómo se comporta un sistema constructivo y que generalmente suelen ser olvidadas por diseñadores y la normativa: el amortiguamiento y el desfase térmico.
Veamos qué es cada uno de ellos y cuál es su relevancia.
En una entrada anterior hemos visto las medidas que, desde el CTE, se van a tomar en los nuevos edificios contra el gas considerado como la fuente más frecuente de radiación natural: el radón. ¿Pero qué hacemos los que vivimos en edificios existentes construidos bajo unas normativas que no tenían en cuenta de ningún modo el peligro que supone este gas incoloro, inodoro e insípido?