5 de julio de 2012

Ahorro frente a Eficiencia Energética

Cada día es más evidente la necesidad de reducir los consumos energéticos¹ en las viviendas con su consiguiente reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera -y el importante ahorro en las facturas de servicios energéticos y agua-. Sin embargo, a la hora de decidir que procedimientos utilizar, suelen surgir dudas entre el ahorro y la eficiencia energética. ¿En qué consiste cada uno de ellos y cuáles son sus diferencias?

En este artículo voy a definirlos claramente y expondré algunas prácticas para ahorrar en la vivienda y para tener un hogar más eficiente:

El Ahorro es la reducción de consumos a partir del control del gasto, es decir, se toman las medidas necesarias para eliminar los consumos innecesarios y reducir aquellos prescindibles. Un ejemplo de esto sería apagar la luz cuando salimos de la habitación.

En cambio, la Eficiencia Energética se puede definir como la reducción del consumo de energía manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, es decir, el usuario no modifica su conducta, sino que se emplean sistemas eficientes que son los encargados de obtener los ahorros. En este sentido el ejemplo equivalente al anterior sería la sustitución de bombillas incandescentes por otras de misma intensidad lumínica pero de bajo consumo.

Como vemos, en ambos casos conseguimos reducciones de consumos energéticos, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso. Pero se obtienen de forma diferente en lo que podríamos definir como una actitud activa en el caso del ahorro, ya que el usuario es el que toma las medidas directamente, o una actitud pasiva en el caso de la eficiencia energética, ya que son los sistemas los encargado de conseguir dichos recortes.

Estas dos medidas de obtener reducciones de consumos energéticos no están reñidas, al contrario, lo óptimo sería el empleo conjunto de ambas, para así garantizar un consumo lo más ajustado posible y, por tanto, la mayor reducción posible de emisiones de CO2 al ambiente.A continuación enunciaré las medidas principales de ahorro y eficiencia que se pueden tomar en el hogar:


AHORRO
EFICIENCIA
Climatización
Calefacción: Mantener la temperatura del termostato entre 19 y 21º C y apagarla de noche o bajar el termostato hasta los 16º C.
Aire acondicionado: se recomienda una temperatura de 25º C (una diferencia de temperatura con el exterior superior a 12º no es saludable) y apagar el aparato una vez esté la estancia refrigerada y encender el modo ventilador.
Desconectar el aire acondicionado cuando no haya nadie en la habitación.
Vigilar el mantenimiento de los equipos.
Sustitución de sistemas de calefacción convencional por emisores de calor de baja temperatura.
Ventanas con doble o triple acristalamiento, con sistemas específicos para cada orientación.
Colocación de toldos, persianas u otros elementos de protección solar.
Mejorar los sistemas de captación solar pasiva mediante aperturas de huecos a orientaciones favorables, colocación de elementos tipo invernaderos y sistemas de captación cenital en cubierta.
Actuaciones que permitan la ventilación natural cruzada de las estancias.
Adaptación de la distribución de usos, en los edificios, en función del comportamiento térmico de los espacios.
El empleo de vegetación como elemento de protección solar y refrigeración natural.
Iluminación
Aprovechar la iluminación natural.
No dejar luces encendidas en estancias vacías.
Empleo de lámparas de bajo consumo o LED ahorrará hasta un 80 por ciento de energía.
Instalar reguladores de intensidad luminosa de tipo electrónico.
Utilización de la domótica para optimizar el uso de los espacios.
Utilización de colores claros para disminuir las necesidades de iluminación.
Electrodomésticos
Apagar los aparatos cuando no estén en uso y no dejarlos en “modo de espera” o “stand by”.
Desconectar los adaptadores que no estén utilizándose, ya que siguen funcionando (con menos consumo) aunque no transformen efectivamente la energía.
Para las lavadoras conviene trabajar siempre a carga completa o adquirir un equipo que permita trabajar a media carga. El programa de baja temperatura será casi siempre suficiente para dejar limpia la ropa.
La secadora consume más energía que un centrifugado. Es mejor utilizar el calor del sol para un secado natural.
En el caso de que la cocina sea eléctrica, aprovechar su calor residual, es decir, apagar el ‘fuego’ un poco antes de terminar de cocinar.
Utilizar el frigorífico con sentido común: no abrir la puerta de forma innecesaria, asegurarse de que el aislamiento funciona y colocarlo lejos de las fuentes de calor como el horno o la cocina.
Descongelar el frigorífico cuando la capa de hielo alcance los 3 milímetros de espesor puede ahorrar hasta un 30% de energía.
Respecto al lavavajillas, su mayor gasto (80%) se produce al calentar el agua, por lo que los programas de ahorro que lavan a menor temperatura suponen un importante ahorro. No utilizarlo hasta que esté completamente lleno a no ser que tenga la opción de ponerlo a media carga.
Empleo de electrodomésticos energéticamente eficientes (el mínimo debe de ser la clase A+).
En el caso de los televisores, las pantallas LCD ahorran un 37% de energía respecto a los aparatos tradicionales.
La cocina de gas es más eficiente que la eléctrica.
El uso del lavavajillas es más eficiente desde un punto de vista energético.
Cerrar los grifos cuando no se estén utilizando sobre todo al afeitarse, cepillarse los dientes o en el lavado.
Una temperatura en 30 ºC y 35º C es suficiente en la ducha.
Utilizar la ducha en lugar de la bañera.
Los sistemas de acumulación de agua caliente son más eficientes que los de producción instantánea.
Utilizar difusores en los grifos.
Incorporación de depósitos de recogida de aguas pluviales para su posterior uso en riego, inodoros y limpieza.
Mecanismo para la descarga total o selectiva en cisternas de inodoro.

A estas medidas se les pueden unir otras de carácter general como son el empleo de energías renovables o contar con contadores inteligentes, que dan lecturas instantáneas de consumo, ayudándonos a reducir en aquellas actividades que nos producen grades gastos.


¹ aunque nombro únicamente engría, he incluido el consumo del agua por estar íntimamente relacionado.
Fuente: Stakeholders

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